Me llamo Roberto
Desde muy pequeño me ha gustado estar detrás de una videocámara. La primera que tuve fue con 10 años, nos la trajo mi padre de regalo un día de reyes y desde ese momento ya empecé a grabar todo lo que pasaba a mi alrededor. Siempre he tenido una imaginación desbordante hasta el punto de escribir guiones de películas que luego llegué a realizar.
De adolescente pasaba el verano en una localidad de Zamora llamada Muelas del Pan y un día con los amigos hablamos de la posibilidad de hacer una película. Ni presupuesto ni medios, sólo disponíamos de mi cámara de vídeo, pero había algo que no nos faltaba y eran unas ganas de divertirnos inmensas. Y allí empecé escribiendo el guión de mi primer largo “Holocausto Zombie”. Nos juntamos 15 amigos y ese verano del 98 nos lo pasamos grabando esa película. Al final del verano hacíamos una fiesta y proyectábamos la película para quien quisiera del pueblo acudir a verla. Debido al “éxito” al verano siguiente ya no éramos 15 sino más de 50 los que participamos en la nueva película. Duraba 2 horas y se tituló “Crónicas vampíricas” y en el verano del 2000 acabamos la trilogía con “Historias de la cripta”.
Luego cada cual emprendió su camino y fue más difícil volver a coincidir. Empecé a estudiar Imagen y sonido y cursé mis estudios de grado superior en Zamora. Después de acabarlos quise perfeccionarme y marché para Madrid durante 3 años en los que estudié una diplomatura en dirección de cine. Durante esos tres años estudié guión, edición y dirección de cine y acabé mis estudios con la realización de un cortometraje.
Al acabar empecé a trabajar de teleoperador, pero me sentía como un león enjaulado. Ni me gustaba ni era lo mio, aunque duré casi 3 años. Un día hablando con una compañera del trabajo que se casaba, le comenté que si yo hiciera vídeos de boda serían muy diferentes de los típicos vídeos de boda, que tenía muchas ideas en mi cabeza y quería plasmarlas en un vídeo de bodas. Ella increíblemente confió en mi sin ver nada de bodas porque nada había hecho. Obvio no podía enseñarle mis películas con los amigos llenas de salsa de tomate que usábamos como sangre porque saldría corriendo. Me dijo “Robetr tu vas a hacer mi vídeo de bodas” y llegó el día de su boda. Estaba tan nervioso que no conseguía sacar la cámara de la bolsa, pero poco a poco me fui soltando. Gracias a ella aprendí que estaba en el trabajo que me gustaba. Mónica fue la primera persona que confió de verdad en mi y el vídeo le encantó. Como hacía lo que me gustaba, se veía reflejado en el vídeo y seguí en este mundo.
Poco a poco mediante el boca a boca me fue llamando más gente y se me fueron abriendo puertas que antes estaban cerradas. Todos querían lo mismo: que su vídeo de bodas fuera diferente, que me adaptara a los novios y que fuera divertido. Esa es mi seña de identidad, hacer vídeos reales que cuando esos novios lo vean digan, “así fue nuestro día”, que refleje lo bonito del día pero también los nervios, que lo puedan ver muchas veces sin que se haga cansino, que les haga emocionarse pero también reír a carcajadas, que cada vídeo que haga sea diferente al anterior porque cada pareja tiene sus gustos, su personalidad y todas diseñan su gran día de forma única.
Cuéntame tu historia, la idea que tienes de tu gran día y si confías en mí dame la posibilidad de contar tu historia y la enorme responsabilidad de aparecer en un momento muy importante de vuestras vidas. Siempre aprendo cosas nuevas porque estoy en continuo aprendizaje. Seguro que hay 1000 videógrafos mejores que yo, pero a ninguno de ellos les gustará más su trabajo de lo que me gusta a mí. Nadie me gana en ilusión ni en esfuerzo, deja que te lo demuestre…
¿Quieres que hagamos el vídeo de tu boda?
Pídenos presupuesto sin compromiso, también estaremos encantados de quedar con vosotros para hablar de vuestra boda o intercambiar opiniones.